Centenario de la primera guerra mundial 1914 - 1919
Semana del 2 al 10 de julio del 1914
Hechos retrogradados que tienen su
importancia en esta guerra
La toma de
Kenifa
La operación militar que había empezado en
el país de zaïan, y que estaba dirigida por el general Henrys, comandante de la
región de Meknés (tenía como visitante al coronel español Echagüe, autorizado a
presenciar las operaciones contra la kasba Kenifra) y que el primer resultado
ha sido la fulminante ocupación de Kenifra, esta operación no tiene una
importancia menor que la marcha sobre Taza. Ella ha estado preparada con el
mismo esmero inteligente, el mismo sentido político y conducida con el mismo
arte.
El general Henrys y el coronel español Echagüe,
autorizado a seguir las operaciones contra la kasba Kenifra
La víspera de la acción, iniciada el año
anterior por la campaña de los Beni M’Tir, se componía de cuatro puestos avanzados,
de los cuales las columnas móviles, habían ya avanzado sobre varios puntos,
amenazando el territorio “zaïan” y lo estaban acorralando; al Norte, Ito; al
Oeste, Oulmés y Moley bou Azza con el puesto de Foughal; al Sur, la Kasba
Tadla. Una marcha concéntrica y rápida de las tres fuerzas comandadas
respectivamente por el coronel Claudel, que ya había llegado más allá de Ito,
sobre el Tigrigra a bordo del “oued Ifrane” y había constituido una base con un
depósito de víveres, por el teniente-coronel Cros, que con el grupo móvil
reunió en Mouley bou Azza había avanzado y llegado hasta Foughal; en fin por el
teniente-coronel Douplessis que, desde la Kasba Tadla, en donde él estaba
preparado detener una ofensiva de los Bereberes de
Tadla, se había avanzado hasta El Agrar, iba a permitir de ampararse,
con el mínimo riesgo, de la misteriosa capital de Moha o Hammou el Zaïani
Las etapas de la marcha convergente de tres columnas
sobre la kasba Kenifra.
El 10 de junio las tres columnas dejaban sus
respectivas bases del oued Ifran (coronel Claudel), de Foughal (coronel Cros) y
de El Agrar (coronel Duplessis). El general Henrys, que había llegado la
víspera al oued Ifran, avanzaba con la columna Claudel que, según su plan,
tenía que soportar toda la fuerza del ataque del adversario, de echo, la
actividad desplegada desde hacía varios días en el campo, había atraído de este
lado a todos los Zaianos y las fuerzas salidas de Fughal y Oulmes
particularmente, atravesaron todo el terreno sin tirar un solo tiro, era un
país vacío. La concentración sobre Kenifra, se iba a realizar exactamente según
los deseos del alto mando.
La caballería de la columna Claudel, habiendo puesto
pie en tierra, sostiene el primer choque de Moha ou Hammou. Al centro de pie, el comandante Duperttuis.
El general Claudel sorprendió al enemigo
mientras que él se agrupaba para atacar. Fue una tal desorganización, que la
noche que siguió al encuentro pasó sin tirar un solo tiro de fusil.
El 11 sin embargo, en el momento que la
artillería alcanzaba Oum er Rbia, se adentraron en desfiladeros estrechos con
grandes dificultades para avanzar, subieron un ataque de parte de los
M’Rabatines. El general Henrys y su estado mayor, se encontraba su avance
retenido en el fondo de un barranco para dejar pasar a la artillería, fueron el
punto de mira de un tiroteo no muy bien ajustado, ya que solo segaban las ramas
de los árboles por encima de sus cabezas. A pesar de todo, alcanzaron sin otro
tropiezo Oum er Rbia pudiendo acampar esa misma noche en El Bordj.
Del otro lado, las dos otras columnas habían
llegado en ese mismo momento a los puntos que les habían designado. En vez de
lanzar directamente la columna Claudel sobre la ciudad, que aunque las
apariencias demostraban que había sido evacuada, el general Henrys, los dirigió
hacia el Sur con un vasto movimiento giratorio alrededor del monte Tarrat, al
pie de djebel Akellal, aunque estaba todo erizado de kasbas y sobre el cual
Zaïani había instalado su cañón, el cañón legendario del cual se hablaba desde
hacía dos a tres años. Este movimiento desconcierta al adversario que esperaba
una marcha directa sobre Kaifa.
A las 7 ½ de la mañana, se combatía ya
desde hacía una hora, cuando se apercibieron los primeros elementos de la
columna Cros desembocando en el valle por la brecha del Foum Aquenour, por la
que igualmente iba a reunir unas horas más tarde la columna Duplessis.
No obstante los Bereberes y los Chleuns,
tienen aún, y, a pesar de los cortes sombríos que abren en sus filas los
cañones y los fusiles, resistieron con el más audaz coraje hasta casi medio
día. En ese momento la entrada en línea de los elementos de infantería de la
columna Duplessis, que le plantan cara sobre las dos orillas a una nueva
afluencia de Chleuhs desplegándose por el valle del Oum er Rbia, ya que,
pasándose a la orilla izquierda, toman al revés toda la línea de los Zaïans y
los rechazan hacia los agujeros de Hadersan, al Sur-Este, decide el desenlace
de la batalla. El enemigo, que ha sufrido pérdidas considerables, se repliega
y, huye hacia la montaña perseguido enérgicamente sobre más de dos leguas.
El cañón de 65 de campaña en acción delante de Kenifa
La batalla de la jornada dice el alto
mando, nos ha dejado 5 muertos y 19 heridos, 7 de los cuales se encuentran en
un estado grave. Pero nuestra victoria ha sido tan completa, que la noche la
pasaremos sin tirar un solo tiro.
Fue en la mitad de esta violenta acción que
el pabellón francés flotaba ya sobre lo alto de una torro de Kenifra, alboreado
por los caballeros de goum.
El coronel Echagüe, ayuda de campo del rey
de España, ha seguido al lado del general Henrys todas las operaciones.
No tengo aún descripciones detalladas de
esta ciudad de Kenifra, sobre la cual corren tantas leyendas y, que los
contadores o narradores de los indígenas sentían como una ciudad inmensa y
rica, con mezquitas y dos puentes. Seguramente se trata como de Taza, un buen espejismo que se disipa cuando te
acercas, ya os tendré al corriente. De todas maneras, su importancia estratégica
y política es incontestable y su posesión constituye para nosotros una
verdadera ventaja, el bloque berebere está fuertemente disminuido.
Detalle del ataque combinado de las tres columnas
francesas contra los Chleuhs y los Zaïans
El adversario con su fina ingeniosidad, no
lo pudo ignorar y lo comprendió rápidamente. Sin duda le será difícil
resignarse por la derrota de un solo golpe, el tiempo lo dirá. Y por tanto,
apenas instalado en Kenifra, el general recibía como sumisión de los Aït
Zgougou 650 tiendas.
No obstante al día siguiente de la ocupación
de Kenifra, el cañón de los Zaïani, colocado sobre las alturas del Akellal
resonaba aún.
A pesar de ello se instalaron con toda
tranquilidad el 13 de junio, no sin antes haber rendido todos los honores a los
bravos soldados caídos por la patria.
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