Centenario de la primera guerra mundial 1914 - 1919
Semana del 14 al 20 de noviembre del 1914
EL VENCEDOR DEL VISTUL Y DEL SAN
S. A. I. el gran duque
Nicolas-Nicolaïévitch, generalísimo de los ejércitos rusos
EL GRAN DUQUE NICOLAS
A la figura del jefe admirable que dirige en Occidente la acción de los
ejércitos aliados, el general Joffre, hace pareja en Oriente, lo mismo que en
una galería que se exponen dos retratos gemelos, la figura del comandante en
jefe del ejército ruso, S. A. I. el gran duque Nicolás-Nicolaïevitch.
Desde el primer momento, por la fulgurante ofensiva del general
Rennenkampf y su raid triunfal a través de la Prusia oriental, el gran duque
Nicolás aporta a los ejércitos aliados la ayuda la más preciosa, retornando
hacia él una parte del esfuerzo alemán; así los amigos rusos tuvieron su parte
en la victoria de la Marne.
Desde entonces, él conduce en estratagema consumida, en un táctico
sagaz, primeramente una retirada, y, acto seguido una ofensiva que no le ceden
en nada como ejecución y como resultado en las operaciones paralelas que
conducía aquí el generalísimo Joffre. Es a presumir que en el transcurso de
numerosas entrevistas que tendrán a orillas del Néva, Touraine, Poitou, Lorena,
los dos grandes jefes, que han tenido, han debido de intercambiar sus puntos de
vista por acontecimientos que su seguro instinto puede entrever próximamente,
poner en común acuerdo sus ideas y sus planes.
Saliendo un momento de su papel puramente militar, el gran duque
Nicolás, en el momento que sus armadas penetraban en Polonia, dirigía a las
populaciones del reino constituido bajo el cetro tutelar del Zar una
proclamación que revela el espíritu político del más sabio y el más
clarividente, y parece bien que el elogio que le otorgaron la otra noche, en el
banquete del lord-alcalde de Londres, lord Kitchener al general Joffre
<<que no es solamente, decía el ministro de la Guerra británico, un gran
capitán, pero también un gran hombre>>, se aplica perfectamente al jefe
del ejército ruso.
FIESTAS MILITARES EN LAS FILAS FRANCESAS Y BELGAS
EN VALMY: La cruz de la Legión de
honor colgada en la bandera del 24º regimiento de infantería colonial, por el
general Langle de Cary, comandante de ejército, al pie de la estatua de
Kellermann, vencedor de Valmy en 1792. El 24º regimiento de
infantería colonial había tomado la bandera al enemigo después de un combate
encarnizado.
EN FURNES: El rey de los belgas,
después de haber otorgado la cruz de Leopoldo, la bandera de su 7º regimiento
de línea, y de la cruz de la Legión de honor, de la parte del presidente de la
Republica francesa, varios oficiales de este cuerpo heroico, ve desfilar
delante del los soldados que, durante diez días, han rechazado al enemigo
entre Nieuport
y Dixmude
La ingenuidad y la preocupación del confort de lo que hacen prueba los
soldados británicos en el acondicionamiento de las trincheras, en donde las
nuevas condiciones de la guerra les obligan a vivir durante largas semanas.
Establecimiento de baños y duchas
a 500 metros de las trincheras alemanas y a 3 kilómetros de su artillería
La ingeniosidad
de los soldados franceses: Un horno de ladrillos que calienta el agua de las
duchas.
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