Centenario de la primera guerra mundial 1914 - 1919
Semana del 17 al 23 de octubre 1914
El rey Alberto entremedias de sus
soldados
Episodio de la defensa de Amberes: Un obús alemán
acaba de caer en medio de un destacamento de ciclistas, a menos de cien metros
del rey que de seguida acudió hasta el sitio en donde aun estaban socorriendo a
los heridos
Duelos de caballería
Dragones franceses contra uhlans
Al principio de las
hostilidades, el papel de la caballería se limito la mayoría de las veces a
escaramuzas de contacto. Es lo contrario actualmente, desde hace algunos días,
en el transcurso de las batallas enganchadas en el Norte, verdaderos duelos,
combates encarnizados se están produciendo en numerosas reprisas entre los
cuerpos de caballería, más de una vez se han enfrentado a la lanza y al sable.
Todo en esta
invasión de los alemanes, hasta el momento de los fracasos sufridos en la Marne
les han impuesto una táctica defensiva más prudente; todo a contribuido a dar
la impresión de lanzarse hacia delante en masa como hordas bárbaras. En una
carta de un soldado inglés, da el reflejo de una de estas acciones en masa de
los alemanes <<Nosotros no podíamos fallar (dice en su carta). Primero los
apercibimos a unos 800
metros aproximadamente, avanzaban amontonados como una
multitud de personas que saldrían de ver un partido de fútbol…Por uno que caía
de nuestro lado, ellos perdían diez o doce hombres, era como un fuego
rodante>>. De otra parte un oficial inglés que sirvió durante un tiempo
en el ejército alemán constata: “Es interesante de notar que esta formación en
masas es perfectamente conforme a las formaciones de los
La reina María El rey Fernando
El rey Carlos 1º,
no habiendo tenido un hijo varón, un proyecto de ley fue depositado en 1886 en
las Cámaras, en virtud del cual seria uno de sus sobrinos. Fernando, segundo
hijo del príncipe Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen, que venía el heredero
presuntivo de la corona de Rumania. El primogénito, el príncipe Guillermo,
renunció a favor de su hermano menor a esta sucesión real.
El príncipe
actualmente el rey Fernando, nació en Sigmaringen, el 24 de agosto del 1865. De
su unión con María princesa de Saxe-Cobourg y Ghota, tuvieron 6 hijos, de los
cuales tres son varones, los príncipes Carlos, nacido en 1893, Nicolás, nacido
en 1903 y Mircea, nacido en 1912. El futuro de la dinastía esta asegurado.
¿El advenimiento del nuevo soberano, hará salir la política
rumana de la expectativa y de la neutralidad que ella observa desde el
detonante de la gran guerra europea?
Se conocen las
reivindicaciones de nacionalismo rumano: Hace siglos que cuatro millones de
rumanos se encuentran separados de sus hermanos de idioma, raza y religión y
padecen bajo el domino húngaro desde el 1866, la misma opresión de la cual se
quejaban los italianos de Trentin y del Istri, los serbios de Canat, de
Temesvar y de la Bosnia-Herzegovina, las populaciones eslavas de
Croacia-Eslovenia. La reunión de la Transilvania y de la Bukovina al reino de
Rumania es el programa secular del partido nacional, siempre afirmado en cada
gran crisis que pone al Oriente en juego, y hasta el presente retrasado por la
influencia del rey difunto.
Pidiendo, él,
Hohenzollern, en 1866 y obteniendo del rey de Prusia, jefe de su casa, la
autorización de aceptar la corona que le ofrecía el plebiscito de las
provincias unidas de Moldo-Velache, Carlos 1º, había solemnemente jurado de
jamás consentir una política contraria a la del soberano jefe de su familia.
Ahora bien, desde el 1866, la política de la Prusia, y la del imperio alemán,
fue de afirmar de más en más la
Austria-Hungría en su
posición balcánica y oriental. Cómo de esta manera, el rey de Rumania, hubiera
podido prestar el oído a las reivindicaciones del irredentismo romano que
apuntan a arrancar a la monarquía austro-húngara dos de sus provincias.
En un reciente
consejo de la corona en donde fue debatido este dilema angustioso: Acción o
neutralidad, el rey Carlos 1º, habiendo opuesto una vez más su promesa, uno de
los ministros había replicado: “Vuestra Majestad ha podido prometer en su
nombre, pero no en el nombre del estado
rumano”, lo que le hacía entre ver en términos ocultos la necesidad de
someterse o de ser destituido. El rey lo comprendió tan bien, que el respondió,
según dicen: “Muy bien, yo preferiría abdicar! La muerte lo liberó de sus
conmovedoras perplejidades.
El nuevo rey
Fernando aún no ha manifestado sus intenciones, pero ya los dirigentes de
Rumania, han hecho entender sus aspiraciones.
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