lunes, 18 de agosto de 2014

Centenario de la primera guerra mundial 1914 -1919

Semana del 31 de octubre al 6 de noviembre 1914

Las trincheras alemanas

Las trincheras reforzadas; detalles de la cubertura, almenas y la excavación.

   Estos frentes presentan generalmente una, dos o tres líneas de trincheras-abrigo de 0’50 a 0’60 metros de ancho, paralelas, con una largura proporcional a los efectivos que ellas ocupan, unidas entre ellas por caminos trazados en zigzag y unidas en último lugar a una línea de trincheras fortificadas armadas con ametralladoras. Estas últimas trincheras reforzadas, están al abrigo casi absoluto de los proyectiles de los fusiles, ametralladoras y cañones.
   Las trincheras ligeras, están absolutamente invisibles a 300 metros, distancia que permite un fuego mortífero. Uno se da cuenta que si el enemigo dispone de tres línea sucesivas y de una línea de atrincheramientos fortificados, es en un mínimo sobre un trayecto de 600 metros que la línea sitiadora es susceptible de ser diezmada por un fuego de infantería lanzado a 300 metros y por el fuego de las ametralladoras situadas en el atrincheramiento fortificado, un fuego extremamente rápido y lanzando con una precisión absoluta de 300 a 600 balas por minuto y por pieza sobre la línea que avanza.

   El soldado, en la trinchera de campaña goza de una seguridad mucho más grande que el soldado acostado sobre el vientre, detrás de su mochila, en una excavación ofreciendo a penas 0’40 metros de desnivelación. Agachándose un poco, él dispara a ras del suelo y se encuentra garantizado de una manera absoluta del fuego de la infantería, además le permite a sus ametralladoras de tirar sin peligro para él. Este mismo movimiento le hace hacer la joroba, es su mochila que se encuentra situada en el sentido horizontal y esta mochila constituye con el casco una protección relativa contra los shrapnells y los fragmentos de los obuses.
   Detrás de la trinchera alemana, huecos han sido escavados para el jefe de la unidad y los suboficiales. El agujero del jefe de la unidad esta en comunicación con el encaminamiento, el de los suboficiales no.
   Si se añade que los taludes o más bien el vertedero de la excavación de la trinchera, ocupa una anchura de 4 a 5 metros y si además esta cuidadosamente encespedada o reimplantada con las culturas cercanas, se comprenderá que esta muy ligera desnivelación, no deja visible que a muy corta distancia el “sangrado” de la tierra en donde se encuentran disimulados y al abrigo la línea alemana.

Cortes verticales de las trincheras y abrigos: Sobre el croquis perspectiva de habitaciones de reposo de la 1ª linea

   En cuanto a las trincheras fortificadas, ellas están al abrigo de las balas y los shrapnells. Solamente los obuses de percusión tienen el poder de pulverizarlas y de diezmar a sus defensores. Los detalles al interior varían al infinito, siguiendo la ingeniosidad de sus ocupantes, de la tranquilidad relativa a la que ellos disponen y también a la naturaleza del terreno.

Vista exterior del atrincheramiento.

   Los dispositivos todos diferentes, en donde las trincheras están compuestas de fosas para cuatro tiradores cada una, profundas de 1’50 metros, anchas de 0’80 metros aproximadamente, comunicándose con las habitaciones de reposo, dispuestas entre ellas y hacia atrás. Encaminamientos cubiertos, aquí también, unen las habitaciones de la primera línea con las de la segunda. Todo el sistema de habitaciones de descanso sobre todo, está instalado de manera de procurar a los hombres el máximo confort y seguridad, postigos y puertas arrancadas a las casas los abrigan o también ramas recubiertas de tierra.
   Desde el principio de la guerra, en Lorena, hay que decirlo, después de algunas duras experiencias, los soldados franceses han comprendido rápidamente las ventajas de las trincheras alemanas, lo que prueba, sea dicho, que para estudiarlas tenían ante todo ser conquistadas. De seguida los oficiales, suboficiales y soldados del cuerpo de ingenieros, fueron destacados en todas las unidades para enseñar a los soldados de infantería la manera de construir estos abrigos. La educación fue rápida y muy pronto ellos también llegaron a completar el utillaje necesario e indispensable a la protección comuna. Los útiles de los desaparecidos, los picos y palas abandonadas en los pueblos, todos estos útiles, fueron enganchados en las mochilas de esos quejumbrosos bajo el peso de la pequeña pala-pico reglamentaria.
  De la primera tregua de fuego, cuando caía la noche, los “agujeros” se empezaban a cavar. Muchas veces en el silencio de la noche, a menos de 500 metros los unos de los otros, los soldados de las dos partes entendían mutuamente los golpes de pico, los lanzamientos de la tierra con la pala, las palabras de estimulo de sus jefes y se acordaban tácticamente el armisticio necesario para la excavación del foso protector del cual surgirían en tromba cuando viniera el día.


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