jueves, 11 de septiembre de 2014

Centenario de la primera guerra mundial 1914 - 1919

Semana del 28 de noviembre al 4 de diciembre del 1914

BANDERAS ALEMANAS EN LAS MANOS DE LOS SOLDADOS QUE                                LAS HAN COGIDO
Una bandera que es presentada al general Langle de Cary, por una delegación del regimiento colonial                                       que le han cogido al enemigo.                                                                                                                                                           En la seda de la bandera está sujeta con alfileres una hoja de papel sobre la cual ha sido transcrito el proceso verbal de este hecho de armas

Bandera del 49º regimiento de infantería alemana encontrada en una trinchera bajo numerosos                                         cadáveres enemigos                                                                                                                                                                       Está en las manos de soldados del 121º de línea, del cual uno de ellos, ese que tiene el asta, ha recibido                                     la medalla militar

LA BATALLA DE FLANDES
El Boletín de los ejércitos de la Republica francesa, en su número del 25 de noviembre, ha publicado, sobre la larga serie de combates, encarnizados y gloriosos por los ejércitos franceses, que se han librado en Flandes, un estudio magistralmente redactado, que todo los cotidianos ya han reproducido, pero que constituye un documento de historia de una importancia tan excepcional que yo creo deber reproducir a mi vez Completamente.
   A la hora en la que los resultados son limpiamente adquiridos, el momento es venido de establecer el balance de las seis últimas semanas. Se puede resumir así: El formidable esfuerzo intentado por los alemanes durante este periodo, primero por rodear la izquierda de las fuerzas francesas, después por querer atravesar nuestras líneas totalmente, ha fracasado.
   Con este esfuerzo, el enemigo ha ensayado de reparar sus fracasos en la Marne, el no ha hecho que añadir un fracaso a su fracaso de septiembre.
   No obstante, para adelantar, siguiendo su viejo método, el estado mayor alemán no había descuidado nada; sobre la parte del frente que se extiende desde el Lys hasta el mar, él había concentrado, desde principios de octubre a principios de noviembre, cuatro cuerpos de caballería y dos ejércitos, comprendiendo conjuntamente casi quince cuerpos de ejército.
   Los jefes: kronprinz de Baviera, general de Fabec, general de Deimling, duque de Wurtemberg para exaltar la moral de las tropas, han multiplicado las llamadas y las exhortaciones.
   Se han encontrado las órdenes sobre oficiales muertos o hechos prisioneros. Todos concordaban. Se trataba de una acción decisiva contra la izquierda francesa; se trataba de abrirse camino hacia Dunquerque o sobre Ypres, ya que, decía una de estas órdenes, el golpe decisivo queda todavía por efectuar, y decisiva, tiene que ser, abrir la brecha.

   A todo precio y a toda prisa, quieren obtener una decisión sobre el teatro occidental de operaciones antes de volverse contra el adversario del Este.
     Por si fuese poco, el emperador está ahí para animar a sus soldados con su presencia. Él ha anunciado que quiere estar en Ypres para el primero de noviembre, y todo está preparado para que en esta fecha sea proclamada la anexión de la Bélgica: En definitiva, todo está previsto, todo, salvo la victoriosa resistencia de las armas aliadas.
   Para rendir la resistencia posible, los aliados han debido oponer al enemigo, fuerzas si no iguales a las suyas, por lo menos las suficientes. Ahora bien, como estaba al principio de octubre la situación?
    El ejército belga salía de Amberes intacto, pero demasiado marcado para poder participar en una maniobra; el ejército inglés dejaba su frente del Aisne para ir a operar en el Norte; los transportes de desembarco exigían largos plazos; el ejército del general de Castelnau estaba desbordado en su izquierda al Sur de Arras; el ejército del general Maud’huy se extendía de ese punto al Sur de Lille; más lejos estaba la caballería, los territoriales, fusileros de la marina.
   No era lo suficiente para que el general Foch, llamado por el general Joffre al mando de los ejércitos del Norte, pudo quebrar la voluntad del enemigo. Le enviaron refuerzos. Desde entonces, fue,  durante tres semanas, el reino de los ferrocarriles y del automóvil. Día y noche, las tropas fueron transportadas, ellas llegaron a tiempo. Divisiones y cuerpos de ejército, menos numerosos que los del enemigo, pero animadas de un admirable espíritu, se implicaron a penas desembarcadas.

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