domingo, 14 de septiembre de 2014

Centenario de la primera guerra mundial 1914 - 1919

Semana del 28 de noviembre al 4 de diciembre 1914

LA SEMANA 17 DE GUERRA
19 – 15 de noviembre
   Desde los primeros días de la semana, un rumor inquietante corre por París, venido Dios sepa de donde, como tantos otros que habían excitado las esperanzas de la populación o sembrado la confusión en los espíritus. Esta vez, se apoyaba sobre la cañoneada que se prosigue a lo largo del Aisne, los autores desconocidos de estos ruidos anunciaban una nueva marcha sobre París. El martes por la mañana precisaban: Se decía Compiègne evacuada por su populación, al anochecer, la gente que quería estar informada, recontaba que una batalla se libraba delante de la ciudad. Una larga nota en el Bulletin des Armées “Boletín del ejército”  el diario Temps tenía la primor en París, venía por fin, el martes por la noche, reducir a la nada esos propósitos, a la vez criminales y ridículos. No solamente, nada amenazaba la Isla de Francia y París, si no que, al contrario, los rudos días durante los cuales los aliados y los alemanes estuvieron enganchados desde el mar hasta el Lys, se terminaban por el fracaso completo de los planes y sueños de Guillermo II.
   Reproduzco a continuación in extenso este documento modelo en su género, que hace muy bien comprender la grandeza del esfuerzo pedido a las tropas, desde mediados de octubre hasta el 20 de noviembre. Nada más emotivo y reconfortante que este cuadro de la enorme batalla de más de un mes, durante la cual los aliados, sin jamás romper, sin abandonar sus líneas, han resistido a los asaltos formidables y puesto fuera de combate a más de 120,000 alemanes – 200,000 dice el Times.
   Después de grandes evasiones bárbaras quebradas en la llanura de Pourrières, en donde en los campos cataláunicos jamás, ningún ejército ha sufrido parecidos sacrificios. El káiser había dado la orden de estar el 1º de noviembre en Ypres, en su locura de grandeza, quería proclamar la anexión de la Bélgica a la Alemania, sin duda en este admirable Halle des Drapiers, que sus cañones han destruido por venganza. El sueño se ha disipado, el gran ejército reunido en la llanura de Flandes parece roto. En vano de nuevas tropas llegaban para intentar de rellenar los vacíos, parece ser, de este lado por lo menos, la partida esta perdida.

   Por la primera vez los nombres de grandes soldados a quien debemos la victoria, han sido revelados oficialmente. El general Joffre que ha preparado la lucha, no hace ninguna alusión en su papel personal, solamente para señalar que él ha dado el mando de los ejércitos del Norte al vencedor de nuestra ala derecha, el ejército de la Marne: El general Foch y que él tenía como principales tenientes, como jefes de los tres ejércitos, los generales d’Urbal, Maud’huy y Castelnau. Foch, en la escuela de guerra, fue uno de los más eminentes entre medias de los maestros que han preparado la admirable generación actual de oficiales de estado-mayor; él era comandante del 20º cuerpo cuando estallo la guerra. Urbal no era este año aún que un brillante brigadier de caballería. Maud’huy, él también era brigadier de reciente promoción, como coronel, el pasaba ya como un maestro, el acontecimiento ha dado razón a los que veían en él un gran jefe. En cuanta a Castelnau, se sabe la parte capital que él ha tomado en la preparación de nuestros ejércitos y su admirable campaña en Lorena, que ha preservado Nancy de la ocupación y permitido la maniobra del general Joffre.

EN LOS FLANDES
   Esta publicación en el Bulletin des Armés es el acontecimiento capital de la semana, no obstante alguno hechos de guerra merecen ser señalados, si no en los Flandes en donde la calma se ha manifestado después del fracaso de la ofensiva alemana, por lo menos sobre otros dos puntos; el valle del Aisne y el Argonne. Ante todo, resumamos los últimos acontecimientos que se han producido entre el mar del Norte y el Lys: De este lado, los grandes encuentros de infantería sobre los cuales no tenemos aun que de informaciones muy vagas, han hecho plaza a una larga y ruidosa cañoneada. El enemigo debilitado por las enormes pérdidas que él ha sufrido durante tantos y tantos asaltos infructuosos, se mantiene actualmente en la defensiva sobre la orilla Norte del lago formado por las inundaciones del Yser y del Yperlée, en donde las campañas devastadas separan Dixmude e Ypres de Roulers. De informaciones llegadas por vía de Holanda, le prestan la intención de empezar de nuevo con nuevas fuerzas de ataque que se han quebrado la semana precedente contra la tenacidad y la vigor de los aliados y que el fracaso completo, es una verdadera y gran victoria para los aliados.
    Salvo la toma de un bosque tomado a la bayoneta cerca de Bixschoote por los zuavos, ningún acontecimiento particularmente prominente, no ha marcado la continuación de la lucha. Cada vez que los alemanes han intentado un esfuerzo sobre algún punto, han sido rechazados con pérdidas terribles. Han tenido que contentarse con cañonear a distancia las posiciones aliadas, pero en el duelo así ofrecido, nuestras baterías las han superado, ellas permiten a la infantería aliada de progresar; miércoles anunciaban su avance entre Langemark y Zonnebecke, dirección Roulers.
   El mismo día, el Almirantazgo británico hacía saber que todos los puntos de Zeebrugge teniendo una importancia militar, habían estado sumidos a un vivo bombardeo por acorazados ingleses, y que los alemanes no habían respondido que débilmente.
   Para vengarse de tantos fracasos repetidos y del número inmenso de muertos caídos bajo nuestros obuses y balas, el enemigo a infligido a Ypres el mismo suplicio que a tantas otras ciudades, tales como Arras ha padecido. Con sus cañones a gran alcance, han bombardeado la gloriosa y orgullosa ciudad que guardaba piadosamente los edificios del tiempo de su grandeza: Halle des Drapiers, Iglesia, Alcaldia recuerdan a las generaciones ese siglo XIII durante el cual Ypres era una de las grandes y más independiente de las ciudades de Europa. De estos recuerdos, solo quedan las ruinas.

DEL AISNE A VOSGES
   La misma suerte amenaza Soisson y Reims, sobre las cuales, de nuevo, se vengan los bárbaros. Los ataques repetidos contra Vailly y las alturas de la orilla derecha del Aisne hasta Soisson, la tentativa infructuosa de los alemanes contra Tracy-leVal el lindero del bosque de Laigue, ha servido, lo hemos visto, como pretexto a los sembradores de pánico para anunciar un retorno ofensivo en dirección de París. En realidad, el Aisne, siempre forma a partir de Vic la límite extrema entre franceses y alemanes, nosotros la adelantamos sobre varios puntos, habiendo llegado a tomar pie sobre las mesetas cavadas de canteras en donde desde la batalla de la Marne el enemigo se ha atrincherado.
   La lucha es sobre todo, un combate de artillería en el cual se afirma limpiamente la superioridad de nuestros cañones. A las piezas ligeras del 75 del cual sus efectos son tan fulminantes, se añade actualmente el empleo de una artillería más pesada; calibres de 105, 120 y 150 cuyo alcance considerable y la potencia, no tienen pena de hacer callar las piezas enemigas. No pudiendo tener la ventaja en esta lucha, los alemanes utilizan sus cañones de larga distancia para continuar la destrucción sistemática de Soissons y Reims; ellos esperan sin duda atraer a nuestros generales a correr a socorrer esas ilustres ciudades entre todas las ciudades francesas, pero nada a perturbado al generalísimo, nada modifica el plan que él se ha trazado, en su día y en su hora solamente, el se desplazara hacia adelante.
   No ha habido combates verdaderamente encarnizados ni ardientes durante la semana que en los bosques del Argonne. Se sabe que ocupamos la carretera que conduce de Vienne-la Ville a Varennes, que recorre el valle de la Biesme  y una depresión que constituye el desfiladero de la Chalade. Al Norte, somos dueños de la red de gargantas a las cuales les han dado el nombre de casa forestal de Saint-Hubert; hemos acrecentado la resistencia natural de estas hondadas a las inextricables malezas por trincheras y atrincheramientos a los cuales los alemanes oponen elementos parecidos. Cada día hay luchas terribles, encuentros entre las dos partes, sin que los alemanes hayan podido llegar hasta la estrecha calzada, objetivo de sus esfuerzos, por la cual tendrían una comunicación directa entra la llanura champenoise y Verdun.
   En frente de Saint-Mihiel, la destrucción de la parte Oeste de Chauvoncourt por una mina a paermitido a los alemanes de instalarse de nueve en el suburbio. En las cercanías de Verdun la lucha no amaina, el enemigo ataca sucesivamente en todos los sectores para encontrar el medio de de abordar uno de los fuertes que sitian la plaza e impide investirlo. Una tentativa particularmente violenta ha tenido lugar en el lindero de la llanura del Woëvre, en un pequeño valle en el seno de Côtes, cerca del pueblo de Saint-Remy que nuestros soldados habían tomado a la bayoneta hace unos días. Ocupamos en ese valle posiciones atrincheradas alrededor del pueblo de Eparges. El enemigo se ha lanzado en riada por cinco veces contra las líneas francesas, jamás él ha podido alcanzarlas, la artillería ha sido lo suficientemente fuerte para romper cada vez el empuje y el esfuerzo de sus masas.
   El martes ha sido sobre otro frente, a Bethincourt, pueblo al Norte-Oeste del campo atrincherado que un ensayo de romper la línea se ha producido, el, ha fracasado de nuevo. Más al Este, los hechos de guerra, han sido raros, o bien, han pasado sobre silencio, no obstante una larga nota que acompañaba el comunicado del 23 de noviembre, nos ha informado que, el 19, un ataque a Senones por nuestras tropas, había triunfado brillantemente. Nuestros obuses a la melinita han llegado hasta ese punto – y sobre algunos otros también – ha afectado de tal manera la red de alambradas espinosa que los soldados franceses han podido, con mínimas pérdidas, llegar hasta las trincheras enemigas y ampararse de algunas de ellas en Senones y en el valle de Rabodeau, al Norte de Sant-Dié, al pie de esas alturas de Ban-de-Sapt.
   Señalo aún el bombardeo de de Arnaville por la artillería francesa, efectuado el martes; Arnaville está muy al Norte de Pont-á-Mousson, cerca de Pagny, es el último pueblo francés en dirección de Metz, en la Moselle. Terminare este expuesto sobre las operaciones en Francia, señalando el acto audaz de tres aviones ingleses salidos de Belfort, y que, atravesando los contrafuertes de la Forét-Noire y los pequeños montes de la Souabe, fueron a lanzar sobre el gran hangar de Friedrichshafen, al borde del lago de Constancia, principal estación y fabrica de construcción de los zepelines.

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