martes, 23 de septiembre de 2014

Centenario de la primera guerra mundial 1914 - 1919

Semana del 5 al 11 de diciembre 1914

COMO FUE PRESERVADO PARÍS
La Batalla de Ourcq
   Nuestro segundo viaje bajo los hospicios del estado mayor, nos ha conducido hacia el campo donde fue disputada esta batalla de Ourcq que, se prolongó y repercuto hacia el Oeste la victoria de la Marne, remata la obra el general Joffre y libera París de la amenaza alemana. Es el sector extremo, al Oeste, de las batallas de la Marne, en primer lugar la maniobra y las luchas que se han desarrollado en esta región en donde se ha estirado para envolver a los alemanes, mientras que ellos continuaban su marcha hacia adelante en la persecución de fuerzas británicas en su retirada y, más tarde, en el momento que, rechazados por nuestros ejércitos victoriosos, ellos retrocedían hacia el Este del Aisne. Aun no nos habían dado una vista del conjunto.
   En la fecha del 3 de septiembre, a la cual se remontan estos acontecimientos, la situación era así.
   El ejército que descendía del Norte-Oeste del Somme, es desde hace cinco a seis días que está en retirada; a su derecha las fuerzas británicas aceleran su movimiento en la parte de atrás, no hay duda que el ejército de von Kluck no pretende directamente su marcha hacia París. La capital protegida por el campo atrincherado que es defendido por el ejército del general Maunoury, formado al extremo derecha con fuerzas francesas para apoyar eventualmente a las fuerzas británicas y que, apenas organizadas, venían de ser entrenadas en la retirada estratégica de los aliados.

   Este ejército comprende el 7º cuerpo, mandado por el general Vauthier, que se encuentra en Louvres, y un poco en arriera de él, en Mesnil-Amelot, un cuerpo de reserva bajo el mando del general de Lamaze. Otras reservas compuestas sobre todo de territoriales, campan en Tremblay-les-Gonesse, y un poco más lejos aún, en Villiers-sur-Marne. Para ellos, el enlace con los ingleses en la retirada es más o menos asegurada.


   Este ejército se espera, en este momento a un ataque del 2º cuerpo alemán que ha bajado de Senlis, pero no se tiene ninguna noticia del 4º cuerpo de reserva que en momento dado estaba delante de nosotros.
    El día del 4, todo el día, se pasa en la expectativa, es la calma más o menos completa. Numerosas columnas enemigas son señaladas, progresan desde Senlis hacia Nanteuil-le-Haudouin, pero parece ser que se extienden en Meaux. Es una sorpresa, primero, que se flexionen hacia el Este, que esta desviación de movimiento del ejército de von Kluck, por lo tanto a la reflexión, se concibe la parte estratégica del enemigo, el es mismo conforme a las reglas del arte, él aspira, primero a encercar, después  aplastar en algún desastre formidable al ejército rival, después, sabiéndolo reducido a la impotencia, se retornara sin miedo hacia París, que podrán, casi indiferentemente atacar de un lado como del otro, y sobre todo, del lado que no se espera.
   El 2º cuerpo alemán de esta manera se hunde, ya que ha sido seguido por el 4º cuerpo de reserva que por fin de desembocar del bosque de Compiègne, al parecer había olvidado el ejército del general Mauneury.
   Es en estas condiciones que, el 4, llega del gran cuartel general la orden de la ofensiva por todas las fuerzas del ala izquierda. El general Mauneury de de ensayar tornar la derecha alemana, todo el día del 5 de septiembre está ocupado por los movimientos preparatorios del ataque. El ejército Mauneury se orienta cara al Norte-Este, en la dirección probable de su marcha, quiere decir, hacia Ourcq y Château-Thierry.
    Los alemanes prosiguen su marcha hacia el Este, el 2º cuerpo seguido del 4º cuerpo de reserva, se dirigen hacia Ourcq.

    El 6 de septiembre, nos ponemos en movimiento en la dirección de la línea Monthyon – Saint-Souplets. El general Lamaze, que tiene que ocupar la derecha, coge la delantera. El 7º cuerpo lo sigue, llamado a remontar hacia el Norte y a ganar la izquierda. Pronto el general Lamaze está enganchado contra los flancos-guardias del 4º cuerpo de reserva alemán en las alturas entre Montgé, Cuisy, Monthyon, Iverny tomando uno después del otro una serie de pequeños montoncillos difíciles y progresando rapidamente. Al final del día, ocupan el frente Marcilly – Barey – Chambry, exactamente en línea derecha en dirección de Meaux.
    El 7º cuerpo, continuando su movimiento de envolver a izquierda, alcanza el frete Puisieux – Acy-en-Multien – Etavigny, que se empalma oblicuamente con el cuerpo de Lamaze.
    En cuanto al grueso de los alemanes de von Kluck, aún marchan detrás de los ingleses.
    Desde el alba del día 7 de septiembre, la batalla reinicia, logrando ente todo a un reculo de los alemanes. Pero la operación, de pronto choca con graves dificultades. De una parte, en efecto, el 4º de reserva alemán, muy amenazado sobre sus arrieras, se ha retornado contra nosotros. Se han atrincherado delante y alrededor de Trocy. Además el 2º y 9º cuerpo enemigo, en retirada para seguir el movimiento que ha determinado nuestro suceso en el Marne, podemos traspasar este río y el Ourcq sin ser inquietados por los ingleses. Nuestro 7º cuerpo es desalojado de Acy, y, a la caída de la noche, atacado por la izquierda en Etavigny. Se ha combatido toda la noche. El 8 nuestra izquierda flexionaba, y, mientras que el general Lamaze mantenía su frente, el 7º cuerpo se veía rechazado sobre Bouillancy y Villers-Saint-Genest, por la noche del 8 de septiembre, aparecía con evidencia que nuestro movimiento de  envolvimiento había fracasado. El 9º cuerpo alemán remontaba hacia Betz, amenazándonos de  nos voltear a su vez.
    Pero nos llegaron refuerzos, enviados a toda prisa por el general Joffre, el 4º cuerpo llegado del Oeste, el desembarco empezó de seguida, sin embargo, una parte, una división, tuvo que ser sustraída y enviada a reforzar a los ingleses, que se encontraban demasiado comprometidos en la retaguardia y pedían ayuda.
   Los parisinos, que han conocido, a distancia, la angustia de estos días, recordaran sin duda ese gran movimiento de autos de todas clases. Los taxis que vieron un cierto día de ese principio de septiembre, era el 9, y esos vehículos de fortuna apresuradamente requisicionados por el gobernador de París, ayudaros a los ferrocarriles, sirvieron para llevar el frente, a Nanteuil-le-Haudouin, los miles de hombres que iban a decidir la situación, ese mismo día, el ejército tenía conocimiento de la admirable orden del general Joffre que les dictaba su deber de heroísmo <<Una tropa que no puede avanzar, escribió el generalísimo, deberá, cueste lo que cueste, guardar el terreno conquistado y hacerse matar sobre plaza antes que recular>>.
   Aguantaremos, pero que tarea! Nuevas columnas alemanas hacen su aparición al Norte y al Norte-Oeste de Nanteuil. Una desemboca venida de Baron, desciende Compiègne, compuesta de tropas de landwehr, excelentes y muy bien encuadradas. Es un frente ininterrumpido que nos opones de Norte-Oeste a Sud-Este.
   Nuestro 4º cuerpo se había replegado hasta Nanteuil, el cual había adelantado. Nuestro frente izquierdo en ese momento frete al Norte, el general Lamaze este en escuadra de cara al Este. Aquí se inmoviliza, fieles a la consigna estoica, resueltos a hacerse matar en su puesto, ya que apenas se dudaba, esa noche, la salida de la lucha inigualada. La ofensiva empezó durante la noche.
   Nunca jamás que en esta ocurrencia no se afirmara la verdad de la máxima imperial <<Es vencido el cree serlo; victorioso el que esta decido>>.
   Los alemanes sin duda cansados, impresionados por esta resistencia, juzgaron que ellos no podrían tener razón de un adversario tan firme. La implacable voluntad de vencer exprimida por el jefe y pasado en el alma del último de los combatientes, había triunfado: el 10 por la mañana se sentía flaquear la acción del enemigo; pronto la retirada se precisaba, venia general, bajo el cañón, los alemanes se retiraban hacia sus madrigueras en el Aisne.
    A qué precio se pago esta victoria!  Los campos que hemos travesado en esta excursión de un día, están por todas partes llenos de protuberancias y cerros, erizados de cruces nuevas; no es nada más que vasto cementerio.

    Pero también, cuantas acciones magnificas deberá gravar la equitativa historia, más tarde, cuando vendrá la hora de trenzar las coronas a los vencedores! Cuantos nombres, cuantos cuerpos de ejército y ciudades! Es la 14ª división del general Villaret que, al Sur de Acy, tiene, atacando y contra-atacando durante los cinco días de la batalla y rompiendo sobre este punto el impulso del adversario, fueron los marroquíes, que, a Penchard, hicieron en el 4º cuerpo de reserva sangrantes hecatombes, es, en Acy, en un estrecho espacio triangular el apretón arisco del 2º cuerpo alemán, con nuestro 7º, se encuentra  cubierto, mejor dicho amontonados cadáveres mezclados de franceses y alemanes, un bosquecillo desesperadamente disputado, y el pequeño cercado fúnebre que levanta sus muros grises a la salida del pueblo rebosa actualmente de tumbas que atestan la violencia del combate; y a Vereddes, cuchitril del 4º cuerpo alemán de reserva entablando aquí, contra reservistas franceses, se encuentran cadáveres enredados en la muerte, ensartados en bayonetas.
   La llamada viril del comandante en jefe había resonado hasta lo más profundo de las almas de sus soldados.

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