Centenario de la primera guerra mundial 1914 -1919
Semana del 10 al 16 de octubre del 1914
HECHOS DE GUERRA
Entrada del ejército serbio en Semlin, la ciudad
húngara en el afluente del Danubio y la Save, enfrente de Belgrado, capital de
la Serbia en donde los ejércitos austro-húngaros jamás han logrado conquistar
En los Balcanes
Los serbios y los
montenegrinos, no quedan inactivos. En el mismo tiempo que los austriacos,
contenidos en el Danubio y el Save, han llegado a abandonar su grotesco
bombardeo sobre Belgrado, os dos pequeños reinos aliadas penetran audazmente en
Bosnia y Herzegovina, su dominio de mañana, Sarajevo, capital de la Bosnia,
rodeada por ellos, no tardara en caer.
PRISIONEROS DE GUERRA ALEMANES
Un millar de soldados de todos los ejércitos,
capturados por los ingleses
Obuses y Shrapnells alemanes
El último informe
del general French me ha proporcionado detalles pintorescos sobre los efectos
de la artillería alemana, y, principalmente sobre los howitzers pesados de
campaña, que lanzan los obuses de un diámetro de 21 centímetros .
Estos enormes proyectiles hacen más ruido que daño dice el comunicado. Ellos no
son peligrosos que para las personas o los objetos situados en su “esfera de
contacto”. Explotan cuando tocan el suelo con un estruendo terrorífico, y cavan
una especie de cráter, lo suficientemente basto para poder enterrar cinco
caballos. Pero sus fragmentos hacen un haz de fragmentos en una sola dirección
en vez de ser proyectados en todos los sentidos como los obuses del 75 francés,
si bien que oficiales franceses han podido contar que estos proyectiles,
cayendo a menos de dos metros de distancia, no tenían otros resultados que los
de cubrirlos de polvo. En el momento de la explosión el proyectil despide un
espeso humo negro que afecta la forma de una columna o de un ramo, de dende el
apodo que le han descernado las tropas inglesas: coal-boxe (caja de carbón)
Jack-Johnson (en recuerdo del Champion negro), Black-Maria (la María negra).
Como lo ha
constatado el general French, los alemanes parece ser que cuentan sobre la
desmoralización que esos proyectiles deberían producir sobre nuestras tropas,
tanto por el estruendo de la explosión, que por los chiflidos sinistros que
acompañan su trayectoria. Sus obuses de
21, no han tenido otro resultado que el de enriquecer el argot de “Tommy
Atkin”.
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