sábado, 12 de julio de 2014

Centenario de la primera guerra mundial 1914

Semana del 12 al 19 de septiembre del 1914

La Bélgica ensangrentada

   El largo telegrama de protesta que Guillermo II dirige al presidente Wilson.
   El emperador protesta contra el empleo de balas dum-dum, que, a su decir, se sirven las tropas inglesas y francesas.
   Yo dejo a otros el cuidado de devolverle una tal afirmación. Si yo hubiese tenido la confirmación de un hecho de esta especie no dudaría un segundo en señalar a los jefes de nuestras tropas aliadas, cual es el reproche de las tropas alemanas.
   Ya que yo no he visto heridas de balas dum-dum, ni sobre un soldado belga, ni sobre un soldado alemán.
   Pero el Kaiser termina su telegrama con alegato a favor de los asesinos e incendiarios de Louvain: <<Mi corazón sangra, escribe, cuando yo veo que tales medidas son inevitables y cuando en las innumerables personas inocentes que han perdido la vida y sus vienes a causa de las acciones criminales y bárbaras de los belgas>>.
Un grupo de incendiarios satisfechos de su obra y posando complacientes delante de un fotógrafo holandés

   Así que yo protesto con indignación. Yo protestare (dice el presidente Wilson), mismo que si yo tuviese la seguridad que los tiros habían sido tirados desde las casas de Louvain sobre las tropas alemanas, porque ellas no excusarían las abominables muertes que han sido cometidas sobre inocentes y el incendio que ha devorado, no la parte de una ciudad, sino la ciudad entera. El sol se ha levantado cuatro veces para iluminar las nubes de jumo que planean sobre Louvain.
LO QUE FUE DE LOUVAIN: Los alemanes por un gesto de pudor, han respetado el ayuntamiento, joya del siglo XV; pero San Pedro (al fondo), como la Universidad, no queda nada más que los muros.

   Y he aquí que ahora, sangra el tierno corazón del Kaiser!
   Hace seis semanas, el nombre de Berlín se burlaba de la opinión de América, hoy él no la descuida.
   Y ahora él se preocupa de la suerte infligida a los inocentes, yo me hago el deber aquí de librar sin tardar la verdadera historia de estos últimos días de una cuidad sobre las cenizas de las cuales sangra inútilmente el corazón de un rey de Prusia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario