martes, 8 de julio de 2014

Centenario de la primera guerra mundial 1914 - 1919

Semana del 5 al 14 de septiembre

El aprovisionamiento de París en ganado vivo

   Todos los parisinos han constatado que después de una penuria muy ligera durante los primeros días de la movilización, el suministro de la capital, no ha vuelto a tener su curso normal, se puede afirmar que, si los precios de la carne se han mantenido, los de los otros productos fueran tan raramente bajos.
   ¿París puede ser investido completamente?
   Esta eventualidad parece ser poco probable, estado dado el estado del ejército francés y de la extensión del perímetro jalonado por los fuertes muy destacados. Pero si el hecho se produjera, la población parisina estaría asegurada de poder soportar un largo sitio sin tener que temer a días de escasez y hambre. Apenas fue decretada la movilización, se pusieron, en efecto a preocuparse de cualquier eventualidad. Los diversos hipódromos han sido requisados y transformados en parques de ganado. Longchamp contendría 7.000 cabezas de ganado; Thippodrome de Auteuil, el Polo, el césped de Bagatelle, recibirán igualmente un gran contingente; el cercado del tiro al pichón está reservado a las ovejas. Montañas de forraje se levantan en los claros del Bois, todo esta severamente guardado por la tropa. Estos opulentos rebaños delante de las tribunas de pesaje, para adornar la tristeza de la guerra, dan más bien la impresión de riqueza pacífica que se encuentra en tantos puntos de las bellas planicies de Francia.

El Cónclave

   A pesar de los acontecimientos trágicos que desolan Europa, el Cónclave se abrió el lunes 31 de agosto, quiere decir, en el plazo tradicional de los diez días que siguen a la muerte del Papa. El gobierno italiano, con un perfecto tacto, ha garantizado a los cardinales la más completa libertad y, siguiendo el uso de los carabineros, monta la guardia a caballo alrededor del Vaticano en donde el Sacro-Colegio se encuentra prisionero por unos días.
   Salvo la gran entrada, que los solos que poseen las llaves son, el Camarlengo y el mariscal del Cónclave, todas las puertas han sido selladas; además, han cubierto con toldos las ventanas que iluminan las celdas de los cardinales y los alojamientos de su suite. Ya que los príncipes de la iglesia no están solos, con ellos han encerrado a sus secretarios y conclavistas, los nobles guardias encargados del servicio interior del Palacio, los prelados agregados a diversos oficios y el personal de servicio. Estos emparedados, no tienen comunicación con el exterior que por cuatro torres utilizadas para hacerles llegar su correspondencia, y, después del último Cónclave, sus diarios.
   Es en la capilla Sixtina, especialmente acondicionada, que se tienen las sesiones del voto siguiendo un ceremonial varias veces secular, del cual voy a recordar las grandes líneas: Encima del altar, adornado con paños rojos, un baldaquino de terciopelo violeta realzado de oro, abriga una tapicería dicha del Santo Espíritu que se destaca sobre la fresca del Juicio final. Al contorno de la capilla, los cardinales están sentados sobre pequeños doseles, cada uno teniendo delante de él una mesa con todo lo necesario para escribir y una bujía encendida para sellar con su sello el boletín.
Un boletín de voto en el Cónclave

   Este boletín es doble, de manera a poder hacerlo servir igualmente para el escrutinio normal y para el acceso al cual se recurre cuando la elección tarda y se alarga. En este caso, cada cardinal declara o bien no acceder a nadie, o bien asociarse a un candidato diferente de ese por el cual el ha votado antes y que ha obtenido precedentemente un numero de sufragios. Se adicionan los votos así recogidos con el escrutinio
ordinario, y, si un cardinal obtiene los dos tercios, es proclamado papa. El nombre del cardenal está inscrito en el centro del boletín, entre el nombre del votante y una divisa (signa) personal y el papel está depositado en un cáliz después de haber sido doblado de manera que la banda mediana sea la sola que quede visible.

Documentos e información de la semana

Trenes sanitarios permanentes

   Los trasportes de evacuación de los heridos de guerra, se hace por medio de trenes sanitarios permanentes o improvisados para los heridos graves, cuyo trasporte necesita muchos cuidados y miramientos y trenes ordinarios para los enfermos y heridos menos graves los cuales permiten de estar sentados.
   Los trenes sanitarios permanentes, los solos de los cuales me ocupare esta vez, han sido organizados durante el tiempo de paz. Las instalaciones ha sido el objeto de numerosos y profundos estudios de la parte del servicio de salud del ejército, lo que permite la evacuación de heridos graves en las mejores condiciones de higiene y confort.

LOS TRENES SANITARIOS PARA EL TRANSPORTE DE HERIDOS
En la parte de arriba, el ante cocina y la cocina. En el centro el conjunto de vagones. En la parte de abajo; a la izquierda la estancia del médico-mayor y del farmacéutico-mayor: A la derecha uno de los vagones para 8 heridos.
   Estos trenes constituyen verdaderos hospitales sobre ruedas. Cada una comprende 23 vagones. Un vagón es especialmente reservado a la cirugía (instrumentos, objetos, compresas, vendas, aparatos para fracturas, etc.), la farmacia, la lencería y lavandería. 16 vagones están consagrados a los heridos con 8 camas por vagón, o sea un total de 128 heridos por tren. Un vagón esta reservado a los oficiales, para cuatro; un médico mayor, médico jefe del tren, un médico ayudante-mayor, un farmacéutico mayor, un oficial de administración afectado al tren como gestionario. Otro vagón esta destinado a los enfermeros (28 y comprendidos los graduados). 3 vagones están reservados a la cocina, la despensa y a las provisiones, estos vagones están particularmente bien acondicionados, nada ha estado descuidado para que la preparación de los alimentos pueda ser tan perfecta que posible para los hombres heridos y enfermos, un cocinero de oficio asistido por dos ayudantes, los tres están previstos en el personal. El vagón 23 sirve para depositar los residuos y el combustible. Todos los vagones comunican entre ellos por plataformas que permiten al personal de circular de una punta a la otra del tren.
    Se puede apreciar por este corto resumen el servicio de salud del ejército francés para asegurar en las mejores condiciones la evacuación de heridos y enfermos.




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