Centenario de la primera guerra mundial 1914 - 1919
Semana del 29 de agosto al 4 de septiembre 1914
LA LLAGA EN FRANCIA DEL EJÉRCITO BRITÁNICO
La bienvenida a los aliados británico.
Artillería inglesa desfilando en Ruán.
En Ruán: El
primer contacto entre uniformes kakis y pantalones rojos.
ESCENAS DE LA INVASIÓN ALEMANA EN BÉLGICA
Una familia belga desahuciada de su demora por los
alemanes
Su manera alemana de hacer la guerra
No es una nueva
forma…. Ha habido en otros tiempos hordas humanas que lo han hecho de igual
manera y no llegan a concebir en sus cerebros de brutos salvajes, que la
conquista o simplemente la guerra, no puede ser otra cosa que la destrucción y
la exterminación de todo. Se conocía –se tenía, se tenía la ingenuidad de creer- que, la guerra ella misma habiendo tenido actualmente
sus leyes fijadas por el concierto de las naciones, que no se volverían a ver
más tales horrores.
Nos equivocamos,
estas leyes de la guerra, es a esta hora, varios millones de hombres que la
ignoran. Se burlan, por orden de sus jefes: ¿Como de tales espectáculos pueden
darle al mundo en 1914, por un pueblo que pretendía ayer aún, la gloria a
estar en la primera fila de los países
civilizados? ¿Que trágicos fenómenos somos nosotros los testigos? ¿Hay dos
Alemanias, de las cuales, una, la de los hombres sabios, pensadores y brava
gente que asiste impotente y aterrorizada a los crímenes de la otra? ¿Hay que
creer que en el fondo de todas esas almas germanas dormía el viejo instinto de
la barbarie que en el enloquecimiento del peligro ha venido a despertarles?
Sea lo que fuere,
el soberano que ha querido estas cosas y el ejército que las ha cumplido, son a
partir de ahora en adelante de la historia. Estos pobres pueblos incendiados,
estos prisioneros que “rematan”, estos pobres sacerdotes fusilados, estas
mujeres, estos niños contra los cuales un ejército que se decía el primero del
mundo, marcha a golpe de talones de botas, a golpes de culatas, todo esta
anotado. Todo esto figura del presente en las primeras páginas de una cuenta
terrible que tendrán que rendir tarde o temprano y que tendrán que dar cuentas.
Habitantes de los pueblos huyendo delante de las
vanguardias alemanas.
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