sábado, 26 de julio de 2014

Centenario de la primera guerra mundial 1914 - 1919

Semana del 10 al 16 de octubre 1914

SEIS NUEVAS BANDERAS ALEMANAS EN LOS INVÁLIDOS
Trofeos de los últimos combates, que habían sido enviados a Bordó, y que el presidente de la                                            Republica francesa ha traído a París

El príncipe de Gales abanderado de granaderos de la guardia

   En el momento de la entrada en guerra de la Gran Bretaña, el príncipe de Gales, que ya había cumplido un periodo de instrucción militar, fue incorporado como teniente en los Granaderos-Guards. Durante varias semanas, les fue dado a los londinenses de ver pasar en las calles de la capital, a la cabeza de su sección, el futuro soberano llevando alegremente y marcialmente el uniforme de los granaderos. Pero estos ejercicios cotidianos no son suficientes para el ardor del joven príncipe, que solicita el honor de ir a Francia para combatir en las filas del ejército expedicionario. Lord Kitchener, emocionado al recibir esta petición del hijo de su rey, ha prometido, según comentan, de darle pronto satisfacción. Mientras tanto, el heredero de la corona, ha tenido la alegría de ser ascendido al rango de standard bearer, el lleva la bandera de su regimiento en las horas que los granaderos de la guardia hacen el relevo en el Palacio-Real de Buckimgham.
No hay nada mas bello que la juvenil silueta del crown-prince, que la fisionomía ofrece el más feliz contraste con la del soldadón orgulloso, insolente y brutal, el kronprinz. Nada exprime mejor el contraste de dos razas, dos educaciones, dos culturas. El príncipe ingles guarda sobre su rostro sombreado por el casquete militar, el reflejo de la gracia de su juventud y sus sentimientos; mientras que el otro reconocido por todos los trazos de su fisonomía demasiado conocida que él ha recibido una enseñanza de odio disimulado de orgullo inhumano.

EL PRINCIPE DE CALES ABANDERADO DE LOS GRANADEROS DE LA GUARDIA
El príncipe de Gales

La señora Macherez “alcaldesa” de Soissons
Una mujer heroica: La Sra. Macherez.

    Es una figura bien francesa la de la Señora Macherez, que no tuvo miedo de improvisarse alcaldesa de Soissons para recibir a los alemanes y defender contra ellos la vida y los intereses de sus conciudadanos. Al sentir el acercamiento del enemigo, y en la ausencia del alcalde elegido y de casi todo el consejo municipal. La Sra. Macherez, esposa del antiguo senador del Aisne, tomo la iniciativa de reunir a su alrededor, para asumir las pesadas responsabilidades, algunas otras personalidades enérgicas: Msr. Péchenard obispo de Soissons; Sr. Blamoutier, notario y un consejero municipal que permaneció en su puesto, el Sr. Musard.
   Este pequeño comité, al cual se había unido el Sr. Arfeuille, farmacéutico, tuvo el noble papel de plantarle cara a las exigencias del invasor que, durante más de un mes, desfilo en la desdichada cuidad sobre la cual no cesaba de caer las más fantásticas requisiciones, y, entre tiempo, los obuses. Por su sangre fría, por su energía altanera, a veces irónica, la Sra. Marcherez, consiguió a imponerse a los oficiales alemanes. Mas afortunada que su vecino, el heroico alcalde de Senlis, la valiente mujer evitó a sus conciudadanos los horrores del pillaje y fusilamientos, la ciudad de Soissons, que, sin ella, hubiese sin duda sido reducida a cenizas, no sufrió que por los obuses lanzados por los alemanes al principio de su retirada.


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