Centenario de la primera guerra mundial 1914 - 1910
Semana del 22 al 29 de agosto del 1919
S. S. Pío X
Viene de morir sin haber podido conjurar
la guerra generalizada que va a ensangrentar a todo la cristiandad.
Desde hace más de
un año que el estado de salud de Santo Padre estaba vacilante. Su edad
avanzada –pronto iba a ser
octogenario-, hacía a cada instante temer la fatal catástrofe. En pocos días,
un catarro pulmonar viene de acabar con el augusto anciano.
¿En que hora más
sombría él desaparece? Él había hecho las más nobles y los apremiantes
esfuerzos para conjurar la tormenta. Había tenido la más magnifica ilusión de
poder ejercer alguna autoridad sobre el viejo emperador Francisco-José
“Majestad Apostólica” como él, al término de una larga vida y que la adversidad
obstinada, ha debido hacerlo prudente. Él había esperado de determinarlo a la
tentativa, al gesto que le hubiese asegurado la paz. Él ha sido vencido. Y no
es temerario de pensar que el espectáculo doloroso que le ofreció a sus últimas
horas, fue la cristiandad toda entera envuelta en una lucha salvaje y sin
piedad, haya abreviado seguramente las horas del Pontífice.
S. S. Pio X: Que acaba de morir sin haber podido conjurar la guerra
general que a ensangrentar toda la cristiandad
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